
Si el cartel dice "Bang" el perro hace "el muertito". Si ve las palabras "sit-up" se sienta.
Willow -así se llama la perrita- es capaz de hacer 250 cosas si Lyssa se lo ordena. "Yo solía bromear diciendo que podía enseñarle a que me sirva un Martini", cuenta la adiestradora.
"Un día le aposté a un amigo que podía enseñarle a leer. Él me prometió regalarme un viaje a México si lo lograba. ¡Así que ahora Willow y yo nos vamos a México!
"Me costó seis meses que reconociera algunas palabras y reaccionara a ellas. Pero no es sólo mi caligrafía la que reconoce. Si imprimo los carteles con el ordenador ella también obedece".
0 comentarios:
Publicar un comentario