
Joanne pidió a su hijita que le alcanzara el teléfono en cuanto comenzó a sentirse mal. Ella misma se había aplicado una inyección de adrenalina cuando sintió la reacción alérgica, pero el medicamento no funcionó y ella se desmayó antes de lograr hacer una llamada.
Semi-inconsciente, Joanne dijo que escuchó a Isabelle hablar por teléfono, pero pensó que la niña había pulsado el botón de rediscado. Pero la niña en realidad estaba hablando con una operadora del servicio de emergencias, y supo darle su nombre, su dirección y el número de teléfono de la casa.
Además, abrió la puerta de la casa a los vecinos y paramédicos cuando llegaron a ayudar a su madre.
El día anterior Isabelle había visto a un episodio del programa infantil “Tweenies”, en el que los personajes enseñaban cómo llamar a los números de emergencia.
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