
A la víctima, tras denunciar los hechos, se le ocurrió llamar por teléfono a su número para comprobar si el chorizo lo descolgaría. La sorpresa se produjo cuando el ladrón, ni corto ni perezoso, respondió.
La chica utilizó para ello el móvil de su amiga. Durante las varias conversaciones que mantuvieron ambos, el delincuente trató de animar a su víctima a que esta se tomará una copa con él. «Quería invitarla a tomar algo», señalaron fuentes de la Policía Local de Pontevedra.
La joven se mostró receptiva a la invitación, pero por el hecho de que una respuesta afirmativa podría devolverle el teléfono móvil, un Samsung de ultima generación.
A medida que el conquistador de corazones llamaba a su presa, esta notificaba de todo a los agentes municipales. Cuando los policías lograron identificar el local donde el cazador esperaba a su presa, este pasó a ser cazado. «Lo detuvieron mientras hablaba por teléfono con la chica», apuntaron al fuentes. Ella lo reconoció a él y recuperó su teléfono. No había amor.
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