5 de septiembre de 2009

Sorprendidos mientras practicaban sexo en una iglesia de Nigeria

“Queríamos mejorar nuestra vida sexual”. Y qué mejor que hacerlo en los dominios de Dios. Una pareja de nigerianos, Toku Akintepe, de 30 años, y su esposa, Bunmi, de 28, fueron detenidos tras ser sorprendidos en pleno acto por el pastor de una pequeña iglesia en Ikeja, un suburbio de Lagos, la capital nigeriana.

La reacción del pastor, Gbenga Akhiomu, no pudo ser más pragmática: exigió a los practicantes el equivalente a 120 euros en concepto de daños y profanación del altar. También les exigió limpiar el altar y rezar tres avemarías por el perdón de sus almas.


Durante el juicio ulterior, el marido explicó al juez que, tras cuatro años de casados, su vida sexual había empezado a declinar, por lo que “mi esposa me pidió poner algo de sal y pimienta de una manera poco convencional”. “Se me ocurrió -prosigue Akintepe- “que hacerlo en la iglesia, con el gran hombre viéndonos desde lo alto podría ser emocionante.

Se lo conté a mi mujer y le encantó la idea”. Además de la multa y la friega del altar (con agua bendita) el juez advirtió a la pareja para que tuviera más respeto por las instituciones religiosas.

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