11 de enero de 2010

El balón intragástrico

La obesidad se define como un peso corporal un treinta por ciento por encima del peso deseable, originada por el exceso de la cantidad de grasa total del cuerpo como resultado de un desequilibrio entre la ingesta calórica y el gasto energético.

En los últimos años la obesidad se ha incrementado a nivel mundial, afectando a personas de todas las edades, lo cual constituye un grave problema de salud pública hasta el punto de ser considerada una epidemia.


Cuando los tratamientos no invasivos (dietas, programas de ejercicio, psicoterapia, fármacos,...), para personas obesas no funcionan es posible recurrir al balón intragástrico. Se trata de una esfera flexible de silicona que se introduce en el estómago a través de una gastroscopia y se rellena con 600 ml de solución salina a través de un catéter, en una intervención que dura menos de una hora.

El balón, al ocupar parcialmente el estómago y dificultar su vaciado, provoca una sensación de saciedad precoz en el paciente y disminuye el apetito entre ingestas. De este modo resulta más fácil seguir una dieta baja en calorías y adelgazar, aunque su aplicación no está exenta de polémica.

Según un estudio reciente realizado por Corporación Dermoestética entre 1.853 personas, en España quienes han utilizado el balón intragástrico pierden una media de 19 kilos en 6 meses. No obstante, su eficacia es muy limitada, ya que el 50% de los pacientes recupera el peso seis meses después del tratamiento.

El dispositivo se retira de la misma manera en que fue colocado, aspirando previamente su contenido. España es el país que más utiliza esta técnica, seguido de Italia.

Fuente: Muy Interesante

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