
Analicemos un caso y veamos las implicancias de la obviedad. Cualquier mamerto infiere que a los patos les gusta el agua. Pero lo cierto es que los 18 millones de patos que se crían en Gran Bretaña para ser comidos nunca verán siquiera un charquito.
A partir de una investigación de tres años del departamento de zoología de la Universidad de Oxford se estableció que el acceso al agua afecta la salud de los patos para consumo.
No sólo eso: además descubrieron que para los patos comerciales es más conveniente una ducha que un estanque, ya que éste facilita la transmisión de enfermedades y parásitos. La ducha no sólo les mejora la limpieza y la salud sino que además les encanta y pasan más tiempo ahí que en una laguna.
0 comentarios:
Publicar un comentario