El hombre estaba casado y, además, mantenía relaciones con las tres mujeres. Fue precisamente la mujer “oficial” la que se enteró y la que se lo contó a las otras tres que les estaba engañando a todas.Entonces una de ellas convocó al hombre en un hotel con la promesa de regalarle una placentera sesión de masaje sexual, le convenció para que se dejara vendar los ojos y atar a la cama y entonces hizo entrar a la habitación a las otras mujeres. El resultado de aquella sesión fue que el caballero tuvo que acudir de urgencias a un hospital con el pene pegado a la barriga con pegamento superfuerte.
Una dura lección para el sujeto, que a pesar de eso no se puede quejar porque, aparte del susto, no ha perdido ninguna parte importante del cuerpo ya que el estropicio tuvo solución médica.


0 comentarios:
Publicar un comentario