
La rubia Kristin especifica aún más en declaraciones al Daily Mirror: “No podía creerme las cosas que me pedía. Se lanzaba encima de mí cuando estaba viendo la TV. Quería constantemente fraceses, un lametón de teta o que anduviera por la casa en ropa interior sexy. Las parejas casadas no se comportan de ese modo”.
Las sospechas de que el matrimonio no fue (exclusivamente) por amor se sustentan en los siguientes datos: El multimillonario Joe posee dos aviones privados y varias mansiones en Florida. Su ex esposa, por su parte, era una mildolarista que conoció a Joe mientras le hacía la manicura. Ese día ganó con su propina más que semanas enteras: 100 dólares de vellón. 15 días después, la esteticien conducía un Porsche plateado de 50.000 dólares.
Poco después llegó la boda, la luna de miel en Europa y, de vuelta a casa, la terrible realidad: un anciano puesto hasta las trancas de Viagra, intentando profanar el jardín de Kristin cada noche. Ahora la joven está felizmente divorciada y felizmente comprometida con un informático de 28 años que le promete “dormir y callar” por las noches.
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