
El incidente ocurrió en el aeropuerto de Núremberg, donde el hombre de 64 años estaba cambiando de vuelo para llegar a su casa en Dresde tras pasar unas vacaciones en Egipto.
La nueva normativa aérea prohíbe a los pasajeros transportar grandes cantidades de líquido, por lo que fue informado en el puesto de seguridad que tendría que tirar a la basura la botella.
En vez de ello, el hombre se bebió el vodka de un trago y en poco tiempo no podía ni ponerse de pie o reaccionar adecuadamente.
El médico que le atendió determinó que el hombre sufría una grave intoxicación alcohólica que ponía en peligro su vida, por lo que fue trasladado a un hospital, donde sigue recuperándose de su enorme borrachera.
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